«Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos».
»Ahora todo mi ser está angustiado. ¿Y acaso, por eso, voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!
Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, estén alerta y oren con seriedad.
«Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».