El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.
Les aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.
Pero, aunque no seamos fieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede romper su promesa.
Tenemos confianza en que tendremos vida eterna, pues Dios, que no miente, así lo había prometido antes de la creación del mundo.
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.
Les aseguro que todas estas cosas sucederán antes de que muera la gente de este tiempo.
»Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.