Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a una montaña alta, donde estaban solos. Allí cambió su apariencia en presencia de ellos.
Más tarde, Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado: ―Dinos, ¿cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
Una vez que se despidió de toda la gente, entró en la casa. Se acercaron sus discípulos y le pidieron: ―Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.