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Referencias Cruzadas

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Marcos 12:6

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»Le quedaba todavía uno, su hijo amado. Por último, lo mandó a él, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!”.

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32 Referencias Cruzadas  

Yo lo he visto y por eso testifico que este es el Hijo de Dios».

Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él».

Así demostró Dios su amor por nosotros: en que envió a su Hijo único al mundo para que por medio de él tengamos vida eterna.

Además, cuando Dios envió a su Hijo primogénito al mundo, dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios».

Así lo hizo para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.

El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.

―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.

A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo único, que es Dios, nos lo ha dado a conocer, pues vive en unión íntima con el Padre.

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.

Entonces salió de la nube una voz que dijo: «Este es mi Hijo, mi elegido. ¡Escúchenlo!».

y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».

Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!».

También se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».

Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: ―Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios.

Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».

»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.

«La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).

Mandó a otro, y a este lo mataron. Mandó a otros muchos, a unos los golpearon, a otros los mataron.

Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra”.

Te saluda Juan, el líder de la iglesia. Esta carta va dirigida a ti, Gayo, querido hermano en la fe, a quien amo de verdad.




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