Paguen a cada uno lo que le corresponda. Si deben impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones. Al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle honor.
No permitan que su cuerpo sea usado por el pecado para hacer lo malo. Al contrario, permitan que Dios use su cuerpo para hacer el bien, pues ustedes ahora son diferentes, es como si hubieran vuelto de la muerte a la vida.
Por lo tanto, hermanos en la fe, les ruego que tomen en cuenta la gran bondad de Dios. Así que, ofrezcan todo su ser como un sacrificio vivo y agradable a Dios. Esa es la verdadera adoración que él merece.