Entonces algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Qué hacen desatando el burrito?».
con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente y ahí mismo encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos.
Fueron, encontraron un burrito afuera en la calle, atado a un portón, y lo desataron.
Ellos contestaron como Jesús les había dicho, y les dejaron desatarlo.