Además, pensaron que no valía la pena reconocer a Dios. Por eso, él los ha dejado hacer todo lo que su malvada mente los llevara a hacer. Así que, han hecho lo que no debían hacer.
Entonces comenzó Jesús a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lugar para exprimir las uvas y construyó una torre de vigilancia. Luego alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.