y los dos llegarán a ser como una sola persona”. Así que ya no son dos, sino uno solo.
De igual modo, el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo,
Pues el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella. Pues la Escritura dice: «Los dos llegarán a ser como una sola persona».
Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.