―¿Qué de nosotros, que lo hemos dejado todo y te hemos seguido? —comenzó a decirle Pedro.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.
entonces ellos dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron.
Al instante, dejaron las redes y lo siguieron.
Cuando se quedó solo, los doce y los que estaban alrededor de él le hicieron preguntas sobre las parábolas.