Jesús respondió: ―Vámonos de aquí a otros pueblos cercanos donde también pueda predicar; para esto he venido.
Pero él les dijo: «Es necesario que anuncie también a los demás pueblos la buena noticia del reino de Dios; porque para esto fui enviado».
Les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron. Saben con certeza que salí de ti y han creído que tú me enviaste.
Yo te he dado la gloria en la tierra y he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo de nuevo el mundo y vuelvo al Padre».
―¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar ocupado en los asuntos de mi Padre?
Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar.
Por fin lo encontraron y le dijeron: ―Todo el mundo te busca.
Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y echando fuera demonios.