Por fin lo encontraron y le dijeron: ―Todo el mundo te busca.
Por eso los fariseos comentaban entre sí: «Como pueden ver, no hemos logrado nada. ¡Miren cómo lo sigue todo el mundo!».
Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él. Entonces vendrán los romanos y acabarán con nuestro lugar sagrado y hasta con nuestra nación.
Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron: ―Maestro, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos van a él.
Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén venía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
Simón y sus compañeros salieron a buscarlo.
Jesús respondió: ―Vámonos de aquí a otros pueblos cercanos donde también pueda predicar; para esto he venido.