«Vengan, síganme —les dijo Jesús— y los haré pescadores de personas».
También Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón, estaban sorprendidos. ―No temas; desde ahora serás pescador de personas —le dijo Jesús a Simón.
Pasando junto al lago de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores.
Al instante, dejaron las redes y lo siguieron.