Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento. Hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él. Y esperaba ver a Jesús haciendo algún milagro.
Y es claro que tampoco Herodes lo ha juzgado culpable, puesto que nos lo devolvió. Como pueden ver, no ha cometido ningún delito que merezca la muerte.