Entonces ellos empezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta.
Los fariseos oían todo y se burlaban de Jesús, porque les encantaba el dinero.
―Quiten la piedra —ordenó Jesús. Marta, la hermana del difunto, respondió: ―Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí.
les dijo: ―Váyanse. La niña no está muerta, sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él.
Todos estaban llorando, muy afligidos por ella. ―Dejen de llorar —les dijo Jesús—. No está muerta, sino dormida.
Pero él la tomó de la mano y le dijo: ―¡Niña, levántate!