Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos en la fe. El que no ama sigue controlado por el reino de la muerte.
Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.
Así que Jesús fue con ellos. No estaba lejos de la casa cuando el capitán mandó unos amigos a decirle: ―Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres a mi casa.