Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.
Ahora vemos de manera imperfecta, como en un espejo borroso. Pero un día veremos todo con perfecta claridad. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como Dios me conoce.
Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse.