Luego, Leví le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa, y había allí muchos cobradores de impuestos y otras personas que estaban comiendo con ellos.
Si alguien que no es cristiano los invita a comer y ustedes aceptan la invitación, coman de todo lo que les sirvan sin preguntar de dónde viene lo que comen.
Sucedió que, estando Jesús a la mesa en casa de Leví, muchos cobradores de impuestos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos. Eran ya muchos los que lo seguían.
Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa cobrando los impuestos. «Sígueme», le dijo Jesús. Y Mateo se levantó y lo siguió.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores”. Pero, la sabiduría demuestra ser buena por sus resultados».