Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció. Por eso, mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. Esa era la edad que Herodes calculaba tendría el niño, según le dijeron los sabios.
Se levantaron y lo echaron fuera del pueblo. Luego lo llevaron hasta la cumbre de la colina sobre la que estaba construido el pueblo. Querían tirarlo por el precipicio.