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Referencias Cruzadas

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Lucas 3:22

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».

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21 Referencias Cruzadas  

Juan declaró: «Vi al Espíritu bajar del cielo como una paloma y permanecer sobre él.

Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».

Me refiero a Jesús de Nazaret. Dios lo llenó de poder y del Espíritu Santo. Él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él».

Dios desea construir un templo espiritual. Por eso eligió a Cristo como su piedra más importante y valiosa. Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos. Pero, cuando ustedes se acercaron a Dios,

«Este es mi siervo, a quien he elegido, mi amado, con quien estoy muy contento. Sobre él pondré mi Espíritu, y proclamará justicia a las naciones.

Él nos libró del oscuro poder de Satanás y nos trasladó al reino de su amado Hijo.

Y él comenzó a hablarles: «Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes».

Él confía en Dios; pues, que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”?

Un día Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.

Tan pronto como Jesús fue bautizado, salió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él.

En esos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.

También se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo».

Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!».

«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».

El Padre mismo me envió y ha testificado en mi favor. Ustedes nunca han oído su voz, ni han visto su rostro.

¡Padre, da gloria a tu nombre!». Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya le di gloria, y volveré a darle gloria».




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