Después los llevó Jesús hasta Betania. Allí alzó las manos y los bendijo.
Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad.
Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.
Al acercarse a Jerusalén, llegaron a Betfagué y a Betania, junto al monte de los Olivos. Entonces Jesús envió a dos de sus discípulos
Y, después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo.
Después de decir esto, fue llevado al cielo. Mientras ellos lo miraban, una nube lo ocultó de su vista.
Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con un corazón sincero, sin enojos ni peleas.