―¿Por qué se asustan tanto? —les preguntó—. ¿Por qué les vienen dudas?
Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo: ―Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?
Aterrorizados, creyeron que veían a un espíritu.
Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo.