Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en una tumba cavada en la roca. En esa tumba todavía no se había enterrado a nadie.
Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana de lino que había comprado y lo puso en una tumba cavada en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada de la tumba.
Entonces se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Era el día de preparación para el sábado, que estaba a punto de comenzar.
En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto. En el huerto había una tumba nueva en la que todavía no se había enterrado a nadie.
Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo enterraron.