Al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Ellos pensaban que él estaba entre el grupo de viajeros. Así que hicieron un día de camino mientras lo buscaban entre los parientes y conocidos.
Al cabo de tres días lo encontraron en el Templo. Estaba sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.