Terminada la fiesta, iniciaron el viaje de regreso. Pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta.
Cuando el niño cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre.
Ellos pensaban que él estaba entre el grupo de viajeros. Así que hicieron un día de camino mientras lo buscaban entre los parientes y conocidos.