Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén.
Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Faltaba poco para la Pascua judía. Por eso, mucha gente subió del campo a Jerusalén, para celebrar la ceremonia de purificación antes de la Pascua.
Faltaba muy poco tiempo para la fiesta judía de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre.