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Referencias Cruzadas

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Lucas 2:38

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios. Y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.

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11 Referencias Cruzadas  

Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo, que amaba a Dios, y aguardaba con esperanza la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con él

¡Gracias a Dios por ese amor! ¡No hay palabras para describirlo!

Pero nosotros teníamos la esperanza de que era él quien liberaría a Israel. Es más, ya hace tres días que sucedió todo esto.

«Alabado sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a liberar a su pueblo.

Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues nos ha dado en los cielos toda clase de bendiciones espirituales. Y eso ha sido posible gracias a Cristo.

Él había nacido en un pueblo de Judea llamado Arimatea, y esperaba el reino de Dios. José no había estado de acuerdo con la decisión ni con la conducta del tribunal.

José de Arimatea, miembro distinguido del tribunal, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.

Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana. Casada de joven, había vivido con su esposo siete años.




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