María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.
Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió obedeciéndolos en todo. Y su madre guardaba todas estas cosas en el corazón.
Quienes lo oían se preguntaban: «¿Qué llegará a ser este niño?». Pues el poder del Señor lo acompañaba.
Todos los que lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían.