»Después llegó el que había recibido mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y toma el fruto de lo que no ha cultivado.
El que estaba muerto salió. Tenía las vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un paño. ―Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.