Pero su gente lo odiaba y mandaron tras él un grupo de personas a decir: “No queremos a este por rey”.
»Si el mundo los aborrece, tengan presente que me aborreció a mí antes que a ustedes.
Pero, en cuanto a esos enemigos míos que no me querían por rey, tráiganlos acá y mátenlos delante de mí”».
Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.
Si no puede, enviará una delegación mientras el otro está todavía lejos, para pedir condiciones de paz.
Llamó a diez de sus siervos y a cada uno le entregó una buena cantidad de dinero. Les instruyó: “Hagan negocio con este dinero hasta que yo vuelva”.
»A pesar de todo, fue nombrado rey. Cuando regresó a su país, mandó llamar a los siervos a quienes había entregado el dinero, para enterarse de lo que habían ganado.