Sucedió que, al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo dinero.
Sus vecinos y los que lo habían visto pedir dinero decían: «¿No es este el que se sienta a mendigar?».
Jesús llegó a Jericó y comenzó a cruzar la ciudad.
Junto a la entrada llamada Hermosa había un hombre paralítico de nacimiento. Todos los días lo dejaban allí para que pidiera dinero a los que entraban en el Templo.
Mientras iba lanzando las semillas, una parte cayó junto al camino. Entonces llegaron los pájaros y se las comieron.
Cuando oyó a la gente que pasaba, preguntó qué sucedía.