Ella era orgullosa y le gustaban los grandes lujos, pues ahora háganla sufrir y atorméntenla. Decía con orgullo: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.
La mujer estaba vestida de color púrpura y rojo, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes y de su adoración a dioses falsos.