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Referencias Cruzadas

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Lucas 15:29

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos!

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23 Referencias Cruzadas  

Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”. Pero no te das cuenta de cuán infeliz y desdichado, pobre, ciego y desnudo eres tú.

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido. Además, le daré una piedrecita blanca. En ella está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe.

No aceptan que solo Dios nos puede declarar justos. Por eso se esfuerzan en ser declarados justos por sus buenas acciones. No aceptan la salvación que Dios les ofrece.

En otro tiempo, cuando yo no conocía la Ley, me sentía con vida. Pero, cuando conocí los mandamientos, el pecado cobró vida y supe entonces que merecía morir.

Es que le tenía miedo a usted, que es un hombre muy exigente: toma lo que no depositó y cosecha lo que no sembró”.

Jesús les habló a unos que, confiando en sí mismos, se creían justos y despreciaban a los demás. A ellos les contó esta parábola:

Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».

Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

“Estos que fueron los últimos en ser contratados trabajaron una sola hora —dijeron—, y usted los ha tratado como a nosotros que hemos soportado el peso del trabajo y el calor del día”.

¿Dónde, pues, queda nuestro orgullo? No hay lugar para el orgullo. ¿Por qué? Porque no pudimos obedecer la Ley, y solo por la fe en Cristo somos perdonados.

Por tanto, nadie será declarado justo delante de Dios por hacer lo que la Ley exige. Al contrario, mediante la Ley nos damos cuenta de que somos pecadores.

Molesto, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera.

¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha malgastado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”.




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