Volvió a decir: ―¿Con qué voy a comparar el reino de Dios?
»¿Con qué puedo comparar a la gente de este tiempo? Se parece a los niños sentados en la plaza que gritan a los demás:
Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.
―¿A qué se parece el reino de Dios? —continuó Jesús—. ¿Con qué voy a compararlo?
Es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que hizo crecer toda la masa.