Danos cada día nuestro pan diario.
Danos hoy nuestro pan diario.
Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, el cual tendrá sus propias preocupaciones. Cada día tiene sus propios problemas.
Estos judíos eran más estudiosos que los de Tesalónica. Así que recibieron el mensaje con mucho interés. Todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.