Ustedes, queridos hijos en la fe, pertenecen a Dios y han vencido a esos falsos profetas. Y lo han hecho porque el Espíritu que está en ustedes es más poderoso que el enemigo que está en el mundo.
El que vive pecando pertenece al diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir lo que hace el diablo.
Dios les quitó sus armas a los espíritus que gobiernan con poder y autoridad. Por medio de Cristo los humilló en público al llevarlos como prisioneros en su desfile de victoria.