Otros, para ponerle una trampa, le pidieron una señal del cielo.
―¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? —insistieron ellos—.
Los judíos piden señales milagrosas para así creer en este mensaje. Los que no son judíos quieren oír un mensaje lleno de sabiduría humana.
Como el número de personas aumentaba, Jesús se puso a decirles: «¡Esta gente es una gente malvada! Pide una señal milagrosa, pero solo se le dará la señal de Jonás.
Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.