Si alguien que no es cristiano los invita a comer y ustedes aceptan la invitación, coman de todo lo que les sirvan sin preguntar de dónde viene lo que comen.
―El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El que es menos importante entre todos ustedes, ese es el más importante.