No lleven monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a nadie por el camino.
Luego Jesús dijo a todos: ―Cuando los envié a ustedes sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso les faltó algo? ―Nada —respondieron.
Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malignos.