Tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud.
Si alguien quiere hacerles daño, ellos lanzan fuego por la boca y queman por completo a sus enemigos. Así habrá de morir cualquiera que intente hacerles daño.