su madre se opuso. ―¡No! —dijo ella—. Tiene que llamarse Juan.
El ángel le dijo: ―No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
Él pidió una tablilla, en la que escribió: «Su nombre es Juan». Y todos quedaron asombrados.
Pero no tuvo relaciones íntimas con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.
―Pero si nadie en tu familia tiene ese nombre —le dijeron.