El ángel se acercó a ella y le dijo: ―¡Te saludo, tú que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.
―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su bendición —le dijo el ángel—.
y para que alabáramos su inmerecido y glorioso amor por nosotros. Amor que nos mostró por medio de su amado Hijo.
pues estoy contigo. Aunque te ataquen, no voy a dejar que nadie te haga daño, porque tengo mucha gente en esta ciudad».
dijo en alta voz: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz!
―¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? —respondió Jesús.
Lo envió a visitar a una joven virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, que era descendiente de David.
Ante estas palabras, María se preocupó mucho y se preguntaba qué podría significar este saludo.