Jesús les contestó: ―Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado. Pero, como afirman que ven, su pecado permanece.
»Les digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que se cree mejor que los demás será humillado, y el que se humilla será considerado el mejor».
Si después de conocer la verdad pecamos tercamente, ya no hay sacrificio que perdone nuestros pecados.
»El siervo que conoce la voluntad de su señor, y no se prepara para cumplirla, recibirá muchos golpes.
Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.