Juan 8:48

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —respondieron los judíos.

Referencias Cruzadas

Juan 7:20

―Estás endemoniado —contestó la gente—. ¿Quién quiere matarte?

Juan 8:52

―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.

Juan 10:20

Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?».

Juan 4:9

Pero, como los judíos nada usan en común con los samaritanos, la mujer le respondió: ―¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?

Mateo 15:7

¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes:

Mateo 12:24

Pero, al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no echa fuera a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».

Mateo 10:25

Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

Mateo 10:5

Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a comunidades no judías ni entren en ningún pueblo de los samaritanos.

Santiago 2:19

¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.

Romanos 15:3

Pues ni siquiera Cristo buscó hacer solamente lo que le agradaba. Al contrario, las Escrituras dicen: «Sobre mí han recaído los insultos de los que te critican».

Juan 13:13

Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.

Hebreos 13:13

Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento y suframos la misma vergüenza que el sufrió.

Mateo 12:31

Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda ofensa, pero la ofensa contra el Espíritu no se le perdonará a nadie.

Mateo 11:18

»Porque vino Juan, que ayunaba y no bebía vino, y ellos dicen: “Tiene un demonio”.

Juan 1:19

Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.

Juan 8:22

Comentaban, por tanto, los judíos: «¿Acaso piensa suicidarse? ¿Será por eso que dice: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”?».