―¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
―¡Hipócrita, a usted también lo va a golpear Dios! —reaccionó Pablo—. Usted está allí sentado para juzgarme según la Ley. ¿Y ahora usted mismo viola la Ley al mandar que me golpeen?