De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás. Al contrario, dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
Jesús contestó: ―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él. Y él te daría el agua que da vida.
Quienes viven en la luz son bondadosos, aman la justicia y la verdad.