por lo que llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar. Ese pueblo estaba cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José.
¿Acaso eres tú superior a nuestro antepasado Jacob, que nos dejó este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado?
Envió por delante mensajeros, que entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento.
Allí se encontraba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía.
Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: «Me dijo todo lo que he hecho».