―Ya no creemos solo por lo que tú dijiste —le decían a la mujer—. Ahora lo hemos oído nosotros mismos. Y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo.
Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo.