Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo.
Y el mensaje de Dios llegaba a la gente, de modo que la cantidad de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban el mensaje.
No está bien sentirnos orgullosos del trabajo que otros han hecho. Al contrario, esperamos que, así como su fe va creciendo, nuestro trabajo entre ustedes también irá creciendo en gran manera.