Ustedes me son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él”.
No se negó a declararlo, sino que confesó con claridad: ―Yo no soy el Cristo.
Y dijo: ―Yo soy la voz de uno que grita en el desierto: “Enderecen el camino del Señor” —respondió Juan, usando las palabras del profeta Isaías.
El profeta Isaías había escrito acerca de Juan, diciendo lo siguiente: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”».
y le preguntaron: ―Pues, si no eres el Cristo ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo. Irás delante del Señor para prepararle el camino.
y que viene después de mí. Yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.