Todo el que hace lo malo aborrece la luz y no se acerca a ella por temor a que sus acciones queden al descubierto.
El mundo no tiene motivos para odiarlos a ustedes. Pero a mí me odia, porque yo le hago saber que sus obras son malas.
Uno de los expertos en la Ley le respondió: ―Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros.
En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios».